Si al verano le faltara algo, seguro que sería una dosis extra de energía, alegría y compañerismo. Eso es precisamente lo que ha regalado, un año más, el Campus Urbano de AFANIAD Maestrat, una cita que ha puesto el broche de oro a su 47ª edición y, ¡vaya edición!
Han sido nada más y nada menos que 7 semanas de pura emoción, comadreo y experiencias inolvidables, en su centro de atención para la Vida Independiente CAVI y en las instalaciones del colegio Manuel Foguet de Vinaròs que se convirtieron en el epicentro de la diversión, la creatividad y, sobre todo, de la inclusión. Un campus diseñado para que nadie se quede fuera y que, a golpe de talleres, salidas y baños en el mar, ha conseguido que unas vacaciones de verano se transformen en recuerdos para toda la vida.
Un verano con mar, magia y deporte
¡Vaya agenda! Cada día, nuestros intrépidos campistas han sacado provecho de todo tipo de actividades. Desde arte hasta deportes, pasando por refrescantes chapuzones playeros gracias a la privilegiada proximidad del Mediterráneo.
Pero si hablamos de actividades únicas, hay que mencionar los inolvidables talleres de Tai Chi, donde la calma y la concentración fueron protagonistas—¡y también alguna que otra carcajada al intentar ese movimiento de la grulla tan complicado! Los fans del duende español tampoco quedaron defraudados: el taller de flamenco puso ritmo y palmas a las mañanas, con ritmo , sonrisas y compás.
No faltaron las visitas estelares: el club de baloncesto de Benicarló bajó a la cancha para enseñar a todos que el deporte es un lenguaje universal. Y, para cerrar con broche de oro, la animación llegó de la mano de Pelina, que llenó el colegio Manuel Foguet de música, juegos y, por supuesto, mucha alegría el último día.
196 horas de felicidad
Entre excursiones culturales, talleres adaptados, juegos al aire libre y convivencias en la playa, el cronómetro marcó 196 horas de actividad (aunque, para muchos, se sintió como si el tiempo volara). Nada de techos de cristal ni límites: aquí cada uno aporta lo mejor de sí mismo, descubriendo habilidades, haciendo amigos, bailando, pintando y, sobre todo, construyendo una sociedad más inclusiva y entusiasta.
Más que un campus: una gran familia
El verdadero secreto de este campus es el espíritu de equipo y convivencia. Las sonrisas entre compañeros, los monitores siempre dispuestos a inventar nuevas aventuras y las familias que, año tras año, apuestan por un verano diferente, son la receta mágica de este éxito.
Ahora, con la arena aún entre los dedos de los pies y la música de Pelina en la cabeza, toca despedirse… ¡hasta el verano que viene! Porque ya sabemos, cuando se trata del Campus Urbano de AFANIAD Maestrat, lo mejor siempre está por llegar.
¡Feliz verano, campistas, y contad los días hasta la 48ª edición!