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Misa de acción de gracias por los mártires benicarlandos

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Día de alegría este 7 de noviembre de 2025. Celebramos a los mártires benicarlandos. En la capilla del Sagrario de san Bartolomé tenemos a los tres mártires Hermanos de la Salle que nos acompañan en nuestras celebraciones del culto. Cada año Benicarló celebra esta fiesta para nosotros tan entrañable. Este año en la parroquia de Santa María del Mar. Son celebraciones que nos llenan de alegría, de ánimo para seguir sus huellas y esparcir el buen olor de Cristo. Daba gozo y serenidad escuchar los cantos del maravilloso coro lasaliano que siempre añade el toque artístico y devocional en cada una de sus actuaciones. Los sacerdotes de las parroquias de santa María, San Pedro, San Bartolomé, Peñíscola, Cálig y Morondava, concelebrando el misterio de la muerte y resurrección de Jesús; la homilía del párroco Mosén Gerard subrayando la virtud de la humildad como base de la vida parroquial; las penetrantes lecturas y cantos… iban allanando caminos para entrar en el gozo del Señor.

Una acción de gracias por ¿haberse truncado la vida de Francisco Escura, Joaquín Jovaní, Vicente Jovaní, José Alberich, Vicente y Nicolás Albedrich, Ildefonso y Miguel Alberto, José LLorach, Patricio Gellida, Fermín Gellida, Gabriel Albiol, Juan Clemente, Javier Pradas, Pedro Cano y Cándido Castán? ¿Por haber sabido firmar con su sangre el amor a Jesús? ¿Por la existencia de personas que saben responder sí a Dios en cada una de las situaciones de su vida? ¿Porque son un ejemplo para los que todavía estamos en camino a la vida eterna? Cada uno de ellos, únicos e irrepetibles, todos coincidieron en dar el sí al amor de los amores con su vida.

Para nosotros son pisadas que dejan huella en la vida y que nos animan a andar tras sus pasos como ellos siguieron los de Jesús. Son ejemplo de saber construir puentes que unan tierra y cielo, puentes que unan a todas las personas. Resuenan estas palabras de Jesús: orar por nuestros enemigos, no juzguéis, amaos los unos a los otros, no tengáis miedo a los que matan el cuerpo, venid a Mí quienes estáis agobiados, sed misericordiosos como mi Padre celestial, tengo palabras de vida eterna… Jesús siempre mostrando y abriendo puentes fascinantes para la felicidad, y nosotros siempre resistiéndose a abrir nuestro corazón de par en par. Y todo eso nos lo dice a cada uno de nosotros, personalmente para que de una vez sigamos sus huellas, sus pasos con la libertad de hijos de Dios. Todos llamados a ser santos ya que lo podemos alcanzar con la gracia de Dios.

Esta tarde hemos salido muy contentos de asistir a la misa de acción de gracias por el martirio de estos benicarlandos, que como nosotros pasaron las puertas de la parroquia, con sus afanes, con sus defectos, con sus ansias de recibir los sacramentos, con sus prisas, al igual que nosotros lo hacemos. ¿Estamos en el buen camino para responder sí, incluso en casos extraordinarios? Estos mártires, la Virgen del Mar -recuerdo con qué cariño la recibió Mosén Gellida cuando llegara a Benicarló- y el Santo Cristo de la Mar nos invitan una y otra vez, en cada una de nuestras acciones diarias a responderle sí, y de este entrenamiento de síes a lo ordinario, síes con amor, brotará el sí definitivo cuando llegue la muerte que será la puerta del cielo, del gozo eterno con el Señor.

Gracias mártires de Cristo, gracias santa María por mostraros como madre nuestra; gracias Cristo de la Mar por habernos regalado los senderos que conducen a la felicidad eterna; gracias a vosotros, los sacerdotes -Gerard-Joan-Eddi-Emilio-Cristóbal- por mostrarnos la luz brillante de la iglesia de Jesús y gracias a todos quienes habéis colaborado en la celebración de este acto lleno de luz y esperanza. Que cada uno siga su camino hacia la Luz. Únicos e irrepetibles, sí, pero todos enamorados del Señor en cada una de sus circunstancias.

Cuadro de los beatos Nicolás, Vicente y José en la capilla del Sagrario de San Bartolomé
Mosén Gerard el párroco de Santa María del Mar: La humildad es la base de la vida del cristiano.
El Coro lasaliano que siempre añade, con su toque artístico, la guinda alegre y generosa de su trabajo muy bien hecho.
Es semilla de cristianos vuestra sangre martirial, es perdón de los hermanos y esperanza de la paz. Sois racimo bien maduro que el Señor prensó en su cruz, trigo sois limpio y fecundo, triturado por Jesús.

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