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La poesía lírica en la fiesta de la Inmaculada

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Hemos visto cómo alrededor de la fiesta de la Inmaculada, en este año del 2025 , Benicarló la ha celebrado con todo su esplendor y sabor de generaciones, tanto por su Novenario, como en la Vigilia y la Despertá mañanera que culmina con el Rosario de la Aurora y la santa Misa.

Uno se pregunta quién es esa mujer que ha despertado tanto cariño y veneración a través de los siglos. En varios de sus poemas, que van alimentando el acervo cultural de Benicarló, encontramos la respuesta: María es esa mujer que desde siempre el Señor se preparó, para nacer como una flor en el jardín que a Dios enamoró.

Y esa mujer ha llegado a tener como calzado la luna, y como corona las estrellas, y como túnica el azul del cielo, y multitud de ángeles a su alrededor y multitud de catedrales, y multitud de corazones humildes que saborean la delicia de sentirse amados por Ella.Los poetas hasta emplearon imágenes visionarias antes de que se hicieran patentes en la lírica actual.

De ahí que en la despertà se sigue cantando y bailando: ya por el oriente la aurora esplendente, risueña y gentil, su faz bella ostenta y la noche ahuyenta con soplo sutil.

En esta fiesta se entona su belleza inconmensurable siempre dedicada a complacer a Dios y a todos sus hijos peregrinos en la tierra. Es una madre servicial. Se oye emocionado el Estrella y camino, prodigio de amor, de tu mano ,Madre, hallamos a Dios. Su grandeza es ser el camino que nos conduce por la autopista alegre y segura a la plenitud del amor a Dios y a las personas.

Ella es para Dios, como nuestro es el camino para entrar en la tierra prometida en su feliz compañía. Sigue cantando: Mientras recorres la vida, tú nunca estás solo, contigo por el camino santa María va. Es la Omnipotencia suplicante, la todopoderosa madre de Dios que desde su plenitud de gracia se desborda siempre en su escucha cariñosa. Es la mujer que nos incita a luchar con amor y entrega por un mundo nuevo, por la verdad. Es la que nos ha mostrado el nuevo camino de la libertad alegre de los hijos de Dios.

Ella, cuando recibe el encargo del arcángel san Gabriel sopesa todo lo oído, pide explicaciones y cuando lo tiene ya todo claro exclama y pronuncia su sí, su héme aquí como esclava que ensancha el camino de la historia.

Y su libertad aumenta en grandeza al incluirla en el designio del Señor. A ese sí le acompañó un cambio radical en su vida, unos sufrimientos “exquisitos” como el destierro a Egipto, como llenar de interrogantes y zozobras a José. No se libró de sufrimientos fortísimos como el de ver ajusticiado a su Hijo manteniéndose firme al pie de la cruz.

Muestra el camino de la humildad, de la sencillez en su vida, de la pobreza, de la alegría de la vida.. La humildad se ha convertido en la puerta de la santidad dichosa. Un orgulloso se cierra en sí mismo y deja de crecer en el camino que lleva al cielo. Pero a Ella, la humilde, le cantamos: Eres más pura que el Sol, más hermosa que las perlas que ocultan los mares. Ella es la única que se libró del pecado de Adán: La Inmaculada.

Es, en el camino alegre de la santidad, nuestra compañía feliz, uno a uno. Es la invitación libérrima y amorosa para entregar a Dios nuestros corazones, nuestra vida en cada una de las circunstancias: Tomad Virgen pura nuestros corazones, no nos abandones, jamás, jamás. Sonríe aunque llore en el alma, camina aunque vuelvas a caer. Y con qué fortalece se le confía: Tus hermosos ojos, llenos de piedades, a nosotros vuelve soberana Madre.

Para entrar en sus caminos de santidad alegre, siempre necesita de nuestra respuesta libremente amorosa. Le abrimos la puerta, y Ella, con su amor materno, nos acompaña por el camino maravilloso de la libertad de los hijos de Dios. Por eso la poesía lírica ha recreado versos tan expresivos como estos que hemos aprendido de los labios y corazones de nuestras madres:

Bendita sea tu pureza

y eternamente lo sea,

pues todo un Dios se recrea

en tan graciosa belleza.

A Ti celestial princesa,

Virgen sagrada María,

te ofrezco en este día

alma, vida y corazón;

mírame con compasión,

Es la llena de gracia, por tanto Inmaculada. Dios preparó una mansión digna para su hijo. Tiene un pedir que es dar.

Es la llena de gracia, por tanto Inmaculada. Dios preparó una mansión digna para su hijo. Tiene un pedir que es dar.
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