Por la tarde nos trasladamos al municipio de Peñíscola (Castellón) para dedicarla a trabajar las problemáticas en la marjal de Peñíscola, zona húmeda catalogada y protegida que forma de la Red Natura 2000 y del Catálogo de zonas Húmedas de la Comunitat Valenciana. Se analizaron 300 m de la pasarela de madera que circula desde la avda. Pigmalión hasta el Colegio Público Jaime Sanz, lugar muy transitado por la ciudadanía, con observatorios de aves, y donde los vertidos de residuos son recurrentes y un foco importante de impactos en este espacio natural. Visto que la zona seguía estando repleta de residuos, se precedió, durante una hora, a su retirada. Fueron recogidos y depositados en los contenedores cercanos,  50 kg de todo tipo de residuos que muy negativamente al entorno y sus especies. Allí campaban a sus anchas, con el beneplácito de la ciudadanía (causante) y de sus permisivos gobernantes, botellas de vidrio, latas de aluminio, bolsas de plástico, envases de plástico, bolsas de papel de aluminio, chaquetas, gorros pelotas, mecheros, mascarillas, condones, tampones, bolsas con excrementos de perros, cigarrillos, cuerdas, ropa,… ¡Una vergüenza!

APNAL-Ecologistas en Acción recuerda que estos residuos afectan muy negativamente a la calidad de las aguas de la zona palustre así como a las especies que allí desarrollan sus ciclos vitales. En dicho humedal moran, entre otros/as, algunas especies de peces en peligro de extinción, como el pez samaruc (Valencia hispanica) y el fartet (Lebias ibera), auténticas reliquias que sólo sobreviven en ambientes de agua dulce no alterada; galápagos autóctonos como el galápago europeo (Emys orbicularis); aves, como el zampullín común (Tachybaptus ruficollis), el rascón (Rallus aquaticus), el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), el avetorillo (Ixobrychus minutus) o el escribano palustre (Emberiza schoeniclus), muchas de ellas amenazadas.Desde nuestra organización conservacionista creemos que las administraciones no están tomando las medidas adecuadas para proteger el humedal y las actividades educativas y de concienciación son escasas. Además, no se está vigilando para acabar con los reiterados y recurrentes vertidos de residuos, y creemos que la pasarela de madera, desde la avda. Pigmalión al colegio Jaime Sanz, debe contar con vigilancia y debe cerrarse el público por las noches (sobre todo los fines de semana, pues se realizan botellones en la zona de los observatorios).