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Articulo de opinión- Conoce las razones de la migración

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En ” un español en Alemania” conócenos las razones de la migración las razones son muy variadas: guerra, pobreza, persecución, factores ambientales, motivos personales, etc. Y aunque no hablemos mucho de ello, España es un país conformado también por un gran número de migrantes de españoles en Alemania

Un cuento muy antiguo relata la historia de un niño que no sabía qué era la patria. Una maestra lo había cuestionado severamente por no poder contestar la pregunta. Mucho tiempo después se encontró con aquella maestra ya anciana, y con la experiencia de los años, el alumno, ahora adulto, le dijo: “la patria, maestra, es el hogar ausente”. Estas palabras definen el sentir del migrante, que por razones ajenas a su voluntad, debe dejar atrás su casa, familia, lugares favoritos, aromas familiares, en fin, toda su vida, para estar a salvo.

De acuerdo con la Organización Internacional de los Migrantes (OIM), en el mundo existen mil millones de personas en movimiento, ya sea como migrantes (de un país a otro), desplazados internos (en el mismo país), o refugiados (a causa de la guerra).

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 18 de diciembre como Día Internacional del Migrante con el fin de hacernos conscientes del derecho de toda persona a trasladarse a otro sitio en busca de lo que no tiene en su lugar de origen. Las razones de la migración pueden ser la falta de seguridad, alimentación, oportunidades, etc. Los migrantes están en todos lados y casi siempre en una situación vulnerable, en ” un español en Alemania ” celebramos la fiesta del 18 de diciembre realizando artículos de prensa gratis para todos los periodistas que quieran colaborar poniendo voz y rostro a la dura realidad de la emigración.

La peor enfermedad es la pobreza

Los emigrantes muchas veces mostramos una imagen de triunfadores, a la que nos une un trabajo seguro en Europa: Lo importante es exhibir ante nuestros paisanos los signos externos de nuestra nueva posición social. A lo que el emigrante nunca hace referencia es a lo mal que lo pasamos y lo estamos pasando, a las marginaciones que sufrimos, a la dureza del trabajo que realizamos. Nuestra capacidad de adaptación a un medio hostil, o al menos poco comprensivo, resulta admirable. El medio en el que tenemos que enfrentarnos, además con prejuicios culturales y racismos que obstaculizaban el alquiler de viviendas, su trato con los nativos, o que simplemente nos relegan a la condición de ciudadanos de última clase.

Es una ocasión más para reivindicar los derechos de las personas migrantes, para recordar a aquellas que han perdido la vida intentando llegar a otros países, o a aquellas que ven vulnerados los derechos más fundamentales solo por el hecho de intentar salvar su vida, huir de la guerra, las amenazas, la miseria o el hambre.

Vivir en el extranjero, no es sinónimo de riqueza, buena vida y buen trabajo… Vivir en el extranjero es más bien sinónimo de mucha lucha, de trabajo muy duro, de mucho sacrificio, soledad, nostalgia, valentía, de supervivencia, de ser humillado, despreciado, y en muchas ocasiones hasta abusado. También es sinónimo de tener que renunciar a muchas cosas, y sacrificarse por otras con el fin de tener una vida mejor, que en algunos casos se logra, en otros es una constante lucha.

Esto es por todos aquellos que no han salido de su tierra, y se atreven a criticar a todos aquellos que una vez con un poco de valentía, o de miedo, de esperanza, y sobre todo con mucha fe en Dios, nos atrevimos a dejar nuestra tierra por vías diferentes para buscar nuevos horizontes y un futuro mejor, pero siempre con el corazón puesto en nuestra tierra natal

“Dicen que todos estamos en el mismo barco, pues no estamos en el mismo barco. Unos van en crucero, otros en una balsa y nosotros ya sin el palo para remar. Creo que es la situación que vivimos las familias emigrantes».

Jose Mateos Mariscal

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