- Sucedió en la despedida del Sr. Obispo de la diócesis de Tortosa, 27 de noviembre de 2022, Mons. Enrique Benavent Vidal, en la Misa de Acción de gracias en la catedral dertosense.
Una despedida esperanzadora e iluminada por la claridad de la luz del Evangelio. Y es que el Obispo es siempre camino para gozar de los dones del Señor. Es nuestro sucesor de los apóstoles.
Él, como nosotros los fieles, somos caminantes que ponemos toda nuestra ilusión para llegar a donde Él quiere que vayamos pertrechos de su gloria y gracia.
Antes fue Tortosa, ahora Valencia su nuevo destino. Y en cada llamada vamos cargados de anhelos por ser santos, que para eso hemos sido elegidos y llamados por la gracia del Seño antes del tiempo de los siglosr.
Por eso, envueltos por esa perspectiva alegre y amorosa del querer de Dios, se ha desenvuelto esta despedida en multitud de acciones de gracias por estos 9 años cumplidos de estancia en nuestra diócesis.
Te doy gracias, Señor, por esta llamada a Tortosa que finaliza hoy, en la que hemos vivido no para recoger frutos, sino para sembrar, cuidar con delicadeza de enamorado el surco, regarlo con el trabajo santificador del día a día. Así, ya todo se convierte en gozo, porque escuchar tu llamada, llegar a palparla y saborearla es ya un motivo de gozo.
No por mí, sino por Ti, que eres el gozo completo que remece siempre abundantemente la medida de nuestros pequeños esfuerzos. ¡Gracias por haberme elegido! Poca cosa somos y además cometemos muchos errores de los que aprendemos. Por eso me has llenado de esperanza al visitar cada uno de los pueblos de la diócesis en donde me has hecho ver cuán fecundo es pertenecer a la familia de la fe de la Iglesia, la tuya.
¡Somos familiares del Señor! Me has enriquecido cada vez que lanzaba la simiente, la tuya, en cada uno de los rincones, familias, jóvenes de la confirmación de nuestra, bueno la tuya, diócesis.
Cada siembra siempre me ha sido un momento de gracia, porque Tú eres siempre tan espléndido en ayudarnos, en permitirnos que colaboremos contigo, siendo tú el ¡Omnipotente! He recibido más de lo que merecían mis atinos y desatinos. Tú siempre a mi lado. Y me has regalado vivir el ministerio que me has encargado en tu Iglesia como un amigo tuyo. Me enseñaste que tu paz, tu reino, llegará cuando cada uno de nosotros caminemos por las sendas iluminadas por tu gracia.
Llegar con un sí a donde Tú nos llames, ser auténticos según tus deseos. Esto es difícil, y muchas veces volvemos la mirada torpemente atrás por nuestra pequeñez y poca fe, pero tu gracia siempre es superior con magnanimidad, incluso en nuestras pequeñas traiciones.
Gracias por este regalo tan elocuente, el cuadro al óleo de la fachada de la Catedral. Me será un recuerdo estimulante para acordarme de todos vosotros, sobre todo cuando me retire para hacer la oración diaria, para hablar con Dios como amigo, cuando celebre la santa Misa y eleve con mis manos la patena al Dios vivo de la alegría diciéndole que en cada momento de mi estancia en esta diócesis de Tortosa he buscado vuestro bien, que todos vosotros formáis parte de mi vida y que siempre os recordaré con la alegría de la presencia del Señor. Gracias por lo que tanto me habéis enseñado.