Desde Vox consideramos importante poner a la familia en el eje central de las politicas tanto municipales como regionales o nacionales, por eso nos desmarcamos del utilitarismo político y electoralista de lo que es llamado el Día Internacional de la Violencia contra la Mujer.
Este día debería ser una oportunidad para combatir la violencia y todas sus causas y proteger a todas las víctimas, sean del sexo que sean, y no para enfrentar a los españoles en una guerra de sexos.
La guerra de sexos aparece cuando se simplifica las causas de la aparición de la violencia intrafamiliar a un solo origen: la violencia machista. Desde el poder político y subvencionando al mediático, han enfrentado a mujeres contra los hombres, en lugar de ayudar a que haya una convivencia pacífica, recordando la importancia de fortalecer la familia y el cuidado de los hijos.
La violencia tiene muchas causas y no entiende de sexos. El actual Pacto de Estado contra la violencia de Género ha quedado en evidencia como inútil, debido a que el número de las mujeres asesinadas crece.
Desde Vox seguimos denunciando que se debe dar todo el apoyo posible a las mujeres víctimas de violencia, trabajando en su prevención, identificando todas sus causas y los perfiles repetidos de los agresores. Además debe apoyarse y asistir al resto de víctimas de violencia doméstica.
Además, que se derogue la ley sanchista del “Solo Sí es Sí” que ha rebajado la condena a centenares de violadores y pederastas, endureciendo las condenas a quienes violenten a la mujer.
No olvidamos las consecuencias de la inmigración ilegal masiva que está trayendo a España culturas que no respetan a la mujer, que la consideran de menos valor que el hombre, que ha de vestir, aún, de manera diferente, lo más cubierta posible y que aún justifican en ciertos momentos la violencia física, verbal o psicológica. Hay que dejar de blanquear a esas culturas y religiones que no respetan a la mujer.
El trabajo es arduo pero es necesario recordar: La violencia tiene muchas causas. No se acaba enfrentando a las mujeres contra los hombres porque intensifica la aparición de más diferencias, luchas y enemistades generando un caldo de cultivo de problemas que hacen casi imposible una solución efectiva.