- Con María se anda mejor el camino hacia el Cielo
El 14 de agosto, como una tradición más en la parroquia de san Bartolomé de Benicarló nos reunimos para festejar la Asunción de nuestra Señora a los cielos en cuerpo y alma. Nos muestra ya la meta que corona la vida terrena. Con canciones, con oraciones, con la alegría de sentirse amados por tal Madre, disfrutamos en este ambiente familiar echándole piropos en búlgaro, malgache, español, latín, inglés, valenciano, griego…
Explosión de alegría. La Madre, como tiene ya todos los másteres en idiomas, pues posee el máster de la ciencia divina, don regalado por el Espíritu Santo, acoge dichosa estos momentos singulares de familia. Todo tiene cabida en su corazón-cátedra del Amor Hermoso.
Todo lo transforma en una luz pacificadora en nuestras vidas doloridas. Es Madre de todos, universal. Se dice que si no tuviéramos tal Madre la tendríamos que inventar. Es una necesidad filial y maternal. Y ahí que nos reunimos contentos y alegres.
Un lugar de descanso, un lugar para dirigir nuestras miradas y corazones revueltos en este valle de lágrimas, tal como cantamos en la Salve Regina al final de la reunión familiar, acompañados por las notas vibrantes del órgano en manos (y pies) del organista Mr. Alain Bouvet.
En esta familia, todos trabajamos el uno para el otro sin esperar nada a cambio, aunque siempre, siempre, rebrotan sonrisas que alientan a seguir gozando en este caminar variado hacia el Cielo para gozar con nuestra Madre.