En política, como en la vida, lo que de verdad cuenta son los hechos. Uno puede decir muchas cosas en campaña o en un pleno, pero lo importante es si esas palabras se corresponden con lo que después se hace. Y en los últimos meses, Vox nos está demostrando que entre lo que predica y lo que practica hay un abismo.
Este partido, que tanto insiste en su rechazo a la Agenda 2030 y a todo lo que huela a sostenibilidad, después acaba aceptando sin demasiadas pegas las propuestas del Partido Popular. En lugar de defender lo que dicen creer, parece que lo que les mueve son los equilibrios económicos o la comodidad de estar en la foto. Al final, da la impresión de que el interés propio pesa más que la coherencia política.
Pero lo más grave es lo que ocurre cuando se tocan temas sensibles, que afectan a miles de personas inocentes. En el último pleno, ante una moción del PSPV en defensa del pueblo palestino y en condena al atentado de Hamás, Vox volvió a mostrar esa deriva.
En lugar de centrarse en lo que se debatía, el sufrimiento humano y la necesidad de denunciar el genocidio en Gaza, prefirieron mezclar argumentos nacionales, hablar del juicio a la mujer del presidente del Gobierno o incluso del derecho al aborto. Todo en un mismo saco, como si se tratara de un debate de tertulia y no de un pleno municipal.
Esta forma de actuar no solo desconcierta, sino que decepciona. Porque la política municipal debería estar centrada en trabajar por Vinaròs, en los problemas reales de nuestra gente: la vivienda, el empleo, los servicios públicos, el futuro de nuestros jóvenes y el bienestar de nuestros mayores. En cambio, lo que vemos es un partido que desvía el debate, que utiliza excusas y que, en el fondo, parece más preocupado por mantener sus cargos que por aportar soluciones.
Desde el PSPV lo tenemos claro: estamos aquí para mejorar la vida de nuestros vecinos y vecinas, no para hacer ruido ni para esconder la falta de propuestas detrás de discursos vacíos. La política municipal exige seriedad, compromiso y respeto. Vinaròs merece representantes coherentes, que digan lo que piensan y hagan lo que dicen.
Y lamentablemente, Vox nos demuestra cada pleno que su lema de “hemos venido a trabajar” se ha quedado en eso: en un lema.
José Atencia