¡Qué maravilla, las familias alrededor de la Madre!

Y esta vez con agua persistente que ocasionó que se celebrara dentro del Santuario en lugar de la explanada. Impresionaba ver todas las sillas de la explanada vacías y grupos de familias ya recogidas en los refugios de los soportales y demás lugares cubiertos. Cuando llegamos -cada año siempre ha habido representantes del Mallols- ya tuvimos que aposentarnos en el exterior del santuario. Pudimos seguir la ceremonia a través de los “ventanales” de las pantallas. Nos pudimos colar dentro en el momento de la comunión durante la celebración de la Santa Misa.
Una de las frases que pueden resumir la Jornada: la familia es el santuario de lo ordinario donde, sin hacer ruido, se obra lo más grande.
La lluvia se convirtió en el pentagrama musical donde se plasmaban los cantos del coro del Colegio Alborada de Alcalá de Henares. En la presencia de sacerdotes en los muchos confesonarios distribuidos en las capillas del Santuario, pues ir a ver la Virgen es pasar por ellos. En la ofrenda a la Virgen de los peques de las familias. En el Rosario. En la Bendición del Santísimo. En la ofrenda de flores, frutos. Todo recogido en la belleza del Santuario presidida por ese retablo tan acogedor que arropa la pequeña imagen multisecular de la Virgen de Torrreciudad y el ojo del Sagrario, tan aragonés.
Las familias siempre salen animadas a vivir y vibrar con la belleza de lo que es la familia tal cual nos la ha regalado el Creador y Redentor. Se convierte en un espacio de reconstrucción, para amar, perdonar y servir. Si somos capaces de redescubrir el valor de lo sencillo, si aprendemos a amar y servir dentro de nuestra propia casa, estaremos ya empezando a transformar el mundo. Transformarnos ya es la chispa que enciende a todos los demás.
En cada celebración de las jornadas siempre se esculpen frases lapidarias que luego en el horno sencillo y diario de la familia se van cociendo los panes que dan vida, ánimo y alegría en el quehacer cotidiano. Con la Madre siempre se sale transformado.
Y como siempre, La Asociación Patronato de Torreciudad, organizadora del evento, contó con la colaboración de Guardia Civil, Turismo de Aragón, Protección Civil, Cruz Roja, las comarcas de Ribagorza, Somontano y Cinca Medio y un equipo de alrededor de un centenar de voluntarios, que han ayudado a los peregrinos en los servicios de consigna, guardería, distribución de autobuses y vehículos, señalización e información general. Gracias a todos por habernos deparado un día tan repleto de gracia y fortaleza.