Mira por donde la vida misma te da las respuestas a casi todo y pone las cosas en su sitio. No me equivoqué al no contratar los puntos violeta, ni en Carnaval ni en las pasadas fiestas de San Juan y San Pedro. Señora Cabos, los puntos violeta no son necesarios en cuanto tenemos unas fuerzas del orden – Policía Local y Guardia Civil – en las cuales hay hombres y mujeres magníficamente preparados para asesorar y asistir a las personas que precisen de sus consejos o ayuda.
Ha salido a la luz que presuntamente, para lo único que sirven los puntos violeta es para enriquecer las arcas de la Directora del Instituto de la Mujer, nada menos que en dos años facturó la cantidad de 250.000 € por gestionar estos puntos violeta, hasta la Ministra de Igualdad la Sra. Ana Redondo le ha pedido explicaciones por los 64 contratos que su pareja y ella han gestionado embolsándose suculentos beneficios, por cierto, la susodicha directora del Instituto de la Mujer y su esposa, ex-asesora en el Senado del PSOE van a tener que dar muchas explicaciones y contestar a muchas preguntas por estos 64 contratos públicos firmados con ayuntamientos gobernados por el Partido Socialista Obrero Español; como pueden comprobar “blanco y en botella”
La confianza más fuerte que se puede trasmitir a las posibles víctimas de agresiones es el tener cerca de ellas a unas fuerzas de seguridad – masculinas y femeninas – bien preparadas para que les puedan prestar ayuda y consejos si así lo precisan. Nuestras fuerzas del orden no se pueden comparar en abnegación y en eficacia con cualquier otro montaje, que lo más probable es que únicamente sirva para enriquecer -más si cabe- a personas sin ningún tipo de escrúpulos que solamente miran por sus propios intereses. Hay que desenmascarar de una vez estas falsas ayudas montadas con fines tan poco nítidos.
En tal caso, esperemos que la Ministra, la señora. Redondo del PSOE, cese de su cargo a la directora del Instituto de la Mujer y comparezca para dar las explicaciones que ahora son más que necesarias, en aras a la transparencia que nunca se nos debería negar a los españoles.
Marcela Barbé Beltrán