El Ayuntamiento de Vinaròs continua sin tener un presupuesto municipal para este año 2023 por la dejadez del gobierno de Alsina que ha optado por no presentar la herramienta básica y fundamental que los ayuntamientos tienen para gestionar el dinero de todos.
Y si grave es no tener un presupuesto municipal aprobado por las consecuencias que ello tiene, más grave es ni tan siquiera tener la valentía de llevarlo a debate para que los partidos políticos podamos dar nuestra opinión sobre el mismo.
Miente Alsina cuando dice que la falta de mayoría en el pleno es lo que le impide presentar el presupuesto. Primero porque Alsina disfrutaba de una mayoría absoluta que dilapidó por jugar al amigo invisible en su despacho y regalar una cabeza de cordero. Y segundo porque Alsina podría, y puede, presentar un presupuesto y ser aprobado pese a no disponer de la mayoría en el pleno.
Guillem Alsina lleva ocho años en el gobierno y doce como concejal, debería saber que, en los Ayuntamientos, un gobierno en minoría puede llevar a pleno el presupuesto vinculado a una cuestión de confianza. Si el pleno rechazara su presupuesto y los partidos de la oposición en 30 días no presentan una moción de censura, el presupuesto queda automáticamente aprobado.
¿Es dejadez en la gestión o desconocimiento de las herramientas municipales? En ambos casos es de una gravedad extrema porque Vinaròs no puede estar liderado por un Alcalde que renuncia a gobernar o que desconoce las posibilidades que tiene para sacar adelante una ciudad.
En el Partido Popular seguimos exigiendo aquello que es básico para dar respuesta a las necesidades de los vinarocenses, un presupuesto municipal. Gobernar es asumir responsabilidades y no paralizar un año la gestión por un capricho personal. Afirmar ahora que se empezará a trabajar en el presupuesto de 2024 cuando queda por aprobar el de 2023 es un brindis al sol que solo pueden recoger aquellos que quieren seguir confiando en los malos gobernantes a los que la ciudadanía les retiro la mayoría en las urnas.
En política, como en la vida, se puede hacer todo… menos el ridículo, y el esperpento de Alsina intentando justificar la falta de presupuesto municipal está ya en el límite de lo ridículo. Vinaròs no puede permitirse perder más tiempo, y si lo hace tendrá sus responsables, por acción y por omisión.
Lluís Gandía