- Este tipo de delfín, conocido localmente como marroc, está considerado como vulnerable debido a las amenazas a las que está sometido.
La Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio ha registrado durante las últimas semanas del mes de agosto contactos continuados con cetáceos de la especie delfín mular (‘Tursiops truncatus’) en aguas de la Reserva Natural Marina de la Serra d’Irta, entre Peñíscola y Alcossebre.
Como ha señalado el secretario autonómico de Medio Ambiente y Territorio, Raúl Mérida, este delfín, conocido localmente como marroc, “parece poseer en esta franja litoral, un grupo poblacional relativamente estable, según diferentes estudios”.
Esta especie está protegida por normativa internacional, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) o los convenios de Berna y Barcelona, así como la legislación europea según la Directiva Hábitats, que considera su protección estricta y nacional, según el Catálogo Español de Especies Amenazadas, considerándola vulnerable debido a las amenazas a las que está sometida.
Durante este año y como viene siendo habitual, el personal del parque natural, especialmente el equipo de guardacostas de los Espacios Naturales Protegidos Marinos de la Comunitat Valenciana, se encarga de recopilar no solo las observaciones que este servicio realiza, sino también las que le trasmiten ciudadanos vinculados a la zona marina.
En esta línea, Raúl Mérida ha explicado que “todos los datos, que recopilan los técnicos de la Conselleria se analizan para poder trazar los informes de la actividad de esta especie en su hábitat natural”. Unos trabajos que son de importancia para ver la evolución de esta especie protegida.
Igual que en otras zonas de la Comunitat Valenciana, en el entorno de Irta es habitual la interacción de esta especie con las pesquerías artesanales, ya que se alimentan de los peces que se encuentran allí, además de los capturados en las redes de enmalle, llegando a dañarlas al extraer los peces.
Los encuentros en alta mar con estos ejemplares, que pueden pesar más de 300 kilos, “son absolutamente mágicos”, ha destacado Mérida. Además, “para no afectarles negativamente con nuestras embarcaciones es necesario mantener la distancia, una velocidad moderada y un rumbo paralelo a ellos”, ha concluido.